domingo, 13 de marzo de 2011

Siempre Volvemos


Tengo que hacer dos compras urgentes: pilas triple a y una manguera. Las pilas no es un tema pero la manguera parece que sí. En el chino no creo que vendan y aparte empecé a militar en contra del que está cerca de casa porque corta la cadena de frío y hay un olor a mierda impresionante. Ir a “Easy” a comprar una manguera es de sobreexcitado, creo que si voy hasta me puedo hiperventilar. En una ferretería debe haber pero para eso tengo que esperar al día siguiente a que estén abiertas. Aparte en las ferreterías hay ese olor increíble que no sé cómo consiguen, si es que lo generan los pegamentos, los cables, los caños o si será que el olor a pedo de los ferreteros es así. Lo cierto es que resulta perfecto, en algún momento podrían empezar a fabricar perfumes para autos con esa fragancia.
Cosas que van pasando durante un feriado largo:
En un bar en Palermo un grupo de pibes que tienen el proyecto en común de la banda de rock tocan para más o menos cincuenta personas. Suenan bárbaro. Son buenos. Los integrantes quieren tener lo que sólo uno de ellos tiene y para éste aquel show es el último. No podía ser de otra manera.
Por el Tigre: un tipo que estuvo casado con una diplomática sueca ahora twitea sin parar en una isla gay y va a toda velocidad con su lancha mientras canta el himno a Sarmiento
En Nuñez: un pibe busca plata en cinco cajeros automáticos pero ninguno tiene plata, una playera de una Esso ve parte de su itinerario y le ofrece cambio. Se quedan hablando de que la promo de la coca y el sándwich por veinte pesos en realidad no es una promo. Ella es linda y él escribió un gran cuento lleno de errores ortográficos ese día.
En la web: parece que Fidel Nadal le cagó al novia a Manu Chao cuando estuvo de gira con Mano Negra. En un foro se discute sobre el tema y alguien postea: “ Fidel desintegró a Todos Tus Muertos por una pelea que tuvo con Pablo Molina, de haber quién era más rasta o más argentino, y lo más raro es que según él es rasta, pero estuvo a punto de golpear a un amigo mío, entonces no es tan rasta como él dice”
En un bar que no es de levante: un muchacho y una muchacha que no están de levante se conocen. O al menos él piensa que conoció a alguien pero a ella en ese momento le chupa todo bastante un huevo así que no le da demasiada cabida: le da el número de teléfono, le responde un mensaje pero cuando él la invita a salir ella no contesta más.
En Uruguay: se manda un correo electrónico a Argentina: “ Montevideo es un lugar en un cuento, donde la gente del lugar lo va contando con mucha reticencia.
En Montevideo andamos como en una libreria en la que sabemos que el libro que buscamos, está.”
En Palermo: Un licenciado en letras que tendrá éxito criticando a los uruguayos pasa el fin de semana largo escribiendo lo que mejor sabe hacer: programas de cursos. Hay una bolilla que es Horacio Verbitsky: “ Sombra terrible de Verbitsky: un análisis vitriólico del proyecto de poder del guerrero de los 70, fiscal republicano de los 90 y monje negro de los 00 Biografías y narrativas del periodismo imberbe. Algunas perlas de la escritura paraestatal y de la escritura obispal”. Posta, hace buenos programas.
Encuentro un cajón lleno de pilas doble a. Qué lástima que ahora se usen más las triple a. Bolivia va invertir cinco millones de dólares en ponerle valor agregado al litio del salar de Uyuni. La ventaja de las pilas de litio es que promueven la miniatuirzación de los productos porque ocupan poco lugar. Me voy a tener que meter el cajón de pilas doble a en orto. O por lo menos comprar una manguera.
La primera vez que vi una película de David Lynch estaba en mi primer año de facultad y era consigna para un trabajo práctico de Aguirre. Eran tiempos de tener novia y jugar al tenis. Me acuerdo que la empecé a ver con fiebre y que la media hora de empezada llegó la que era mi novia y la fiebre siguió subiendo. Lo que más me impactó es la imagen de la la ruta a la noche: línea pespunteada amarilla atravesándose a sí misma.
Cuando estos días vi Corazón Salvaje ya sin novia y sin fiebre volví a ver esa línea pespunteada que es probablemente lo que separe a Lynch del snobismo que lo hace bandera, lo que lo rescate del uso de los cortos que él mismo hizo en su época de Facultad y ahora son ofrecidos como ceniceros entre tema y tema de una banda experimental que toca en Palermo Soho. Para explicar por qué Lynch es bueno tendría que buscar aquel trabajo práctico pero no creo que tenga demasiado sentido. Aparte es más o menos obvio, ponerse ese laburo al hombro es como convencer a alguien que la asignación universal es buena. Por suerte las películas de Lynch no entran en el calendario electoral. Ni hay que militarlas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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