Después de un par de años de cometer la boludez de no
tener tele, contraté Telecentro y estoy como quiero.
El pibe de la instalación que en realidad depende de otra empresa porque está tercerizado y por ende precarizado cayó a las
doce del mediodía del sábado. Un horario en el que por lo general hay nula
actividad en casa pero ese día habían venido dos amigos del secundario a
almorzar.
Uno, muy recordado por decir el primer día de clases de primer año que le gustaba el
circo y a posteriori consagrado por apagar cigarrillos con la boca durante dos
cuatrimestres. Ahora tiene una hija y entonces toca el timbre un sábado a las
once como si nada.
Al otro siempre le gustó levantarse temprano y se caracterizó
por ser extremadamente bueno con las calles y la ubicación, de hecho hasta mi
viejo tiene su teléfono y lo ha llamado más de una vez para ver cuál es el mejor camino para ir a Ranelagh.
Lo cierto es que cuando cayó el pibe instalador ya
habíamos dejado de joder al segundo con
la pregunta de “si el GPS había anulado su gran virtud” (él contestaba muy
tranquilo que el tema no le preocupaba en lo más mínimo) y la situación era de poner ACDC o las
marchas peronistas y radicales para ver si la hija del primero que tiene dos años
movía las patitas bailando. Ese contexto de confusión me quitó tiempo para
terminar de reflexionar sobre si tanto tiempo sin tele había sido culpa de la
Escuela del Sol o de mis viejos.
Pasa que es una locura habiendo “futbol para todos”
no poder ver los partidos. Tomé la
decisión de volver a la tele un poco antes de pasar por un Ministerio y ver
cómo estaba lleno de lindas chicas de la
Cámpora con notebooks (¿el kirchnerismo como apuesta estética?)
N. dice que al kirchnerismo le falta mucha nafta para
ser una apuesta estética y en general me
cierra cuando hablamos de este tipo de cosas. Pero creo que en este caso se le
escapa que la apuesta se define precisamente por el riesgo, por el halo de duda
que implica, que conlleva. La apuesta es eso, la posibilidad grande de
equivocar.
Pero lo que me interesaba contar es que lo de la tele
fue un poco antes de esta discusión y bastante
antes de que Lescano sea el interlocutor del gobierno para fracturar la CGT.
Podrán decir que una cosa no tiene mucho que ver con
la otra y es verdad. Es que cambiar de
tema es todo una arte y como todo arte hay que
saber hacerlo.
Martín Kohan de
hecho dice que éste es un don que tenía Martinez Estrada. Parece que el tipo era un fenómeno pasando de
una cosa a la otra, hoy escribía sobre La Pampa; mañana, ajedrez; pasado, Fidel
Castro; pasado; Buenos Aires. Lo interesante es que la genialidad no radicaba como les suele suceder a los genios
en aferrarse a un objeto
y no soltarlo más sino todo lo contrario. Su impronta era pulular con
intensidad, hoy acá y mañana allá con el mismo ahínco.
(A pesar de las pruebas sobradas de que ejercitar un
arte es poco negocio, insisto y sigo contando)
El momento bisagra fue cuando tuve que ver Boca Vélez
en una Esso en la que ponían el aire
acondicionado a quince grados bajo cero; no hay nadie que pueda resistir
noventa minutos a esa temperatura, menos
cuando la empleada de la caja a pesar de que ya la conocés y en el día interactuaste varias veces insiste en empezar
todo diálogo con “Bienvenido a la Esso, señor” ( zezeando cada vez que dice
“Esso”)
Este año volví
a ver la Copa Libertadores y hay
partidazos, por ejemplo la vuelta de
Lanús Vasco fue impresionante. Los equipos brasileños siguen siendo
protagonistas pero hay cosas que cambiaron.
Por ejemplo, Brasil
siempre se caracterizó por sacar marcadores de punta y cantantes mujeres.
Bueno, parece que la fábrica de los número 3 con
proyección se vino a menos desde que gobierna el PT, ejemplo elocuente es el
partido del otro día Vélez Santos en el que tuvo que entrar un lateral de 37 años en el segundo tiempo para desequilibrar el partido.
En lo que respecta a las cantantes, siguen siendo
los primeros exportadores del mundo,
lejos.
Ahora me hicieron escuchar a María Gadú, una pibita
con pinta de torta que hizo el tema perfecto a los 25 años, la verdad que el tema de la edad no es algo
que me inquiete de manera exagerada pero tampoco se me escapa.
Dice “imagine um barco de papel” en el tema que la hizo famosa “Shimbalaie” y es perfecta. Después hay otro video dando
vueltas en youtube en el que está ella llorando en el escenario mientras
escucha a Caetano haciendo un tema de
ella. Perfecta y sensible.
A los pocos días de empezar a esucharla, un amigo me
sale con que cuando vivió en España era muy bueno trabajando en el Auto Mac,
pero que allá se llama Mac Auto lo que es muy distinto. La conversación cambia de frente y se centra en que la
Mostaneza fracasó porque le agarró la crisis del 2001, que si no hubiera sido
un éxito. Aparte la publicidad hacía hincapié en el ama de casa y eso le restó.
Ahora que lo escribo pienso que tampoco el nombre ayudó demasiado.
A contrario sensu de lo que pensé creer, todos se la bancan bastante con el arte de
cambiar de tema. Ma qué Martinez Estrada.
Sin embargo, me
parece que no estaría mal como nombre para un programa de radio. De una
vez por semana.
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