sábado, 2 de junio de 2012

María Gadú, Neymar y C.G.T. El arte de cambiar de tema.


Después de un par de años de cometer la boludez de no tener tele, contraté Telecentro y estoy como quiero.
El pibe de la instalación que en realidad  depende de otra empresa porque está  tercerizado y por ende precarizado cayó a las doce del mediodía  del sábado.  Un horario en el que por lo general hay nula actividad en casa pero ese día habían venido dos amigos del secundario a almorzar.
Uno, muy recordado por decir el primer día  de clases de primer año que le gustaba el circo y a posteriori consagrado por apagar cigarrillos con la boca durante dos cuatrimestres. Ahora tiene una hija y entonces toca el timbre un sábado a las once como si nada.  
Al otro siempre le gustó levantarse temprano y se caracterizó por ser extremadamente bueno con las calles y la ubicación, de hecho hasta mi viejo tiene su teléfono y lo ha llamado más de una vez para ver  cuál es el mejor camino para ir a Ranelagh.
Lo cierto es que cuando cayó el pibe instalador ya habíamos dejado de joder al  segundo con la pregunta de “si el GPS había anulado su gran virtud” (él contestaba muy tranquilo que el tema no le preocupaba en lo más mínimo)  y la situación era de poner ACDC o las marchas peronistas y radicales para ver si la hija del primero que tiene dos años movía las patitas bailando. Ese contexto de confusión me quitó tiempo para terminar de reflexionar sobre si tanto tiempo sin tele había sido culpa de la Escuela del Sol o de mis viejos.
Pasa que es una locura habiendo “futbol para todos” no poder ver los partidos.  Tomé la decisión de volver a la tele un poco antes de pasar por un Ministerio y ver cómo estaba lleno de  lindas chicas de la Cámpora con notebooks (¿el kirchnerismo como apuesta estética?)
N. dice que al kirchnerismo le falta mucha nafta para ser una apuesta estética  y en general me cierra cuando hablamos de este tipo de cosas. Pero creo que en este caso se le escapa que  la apuesta se define  precisamente por el riesgo, por el halo de duda que implica, que conlleva. La apuesta es eso, la posibilidad grande de equivocar.
Pero lo que me interesaba contar es que lo de la tele fue un poco antes de esta discusión y  bastante antes de que Lescano sea el interlocutor del gobierno para fracturar la CGT.
Podrán decir que una cosa no tiene mucho que ver con la otra y es verdad. Es que  cambiar de tema es todo una arte y como todo arte hay que  saber hacerlo.
Martín  Kohan de hecho dice que éste es un don que tenía Martinez Estrada.  Parece que el tipo era un fenómeno pasando de una cosa a la otra, hoy escribía sobre La Pampa; mañana, ajedrez; pasado, Fidel Castro; pasado; Buenos Aires. Lo interesante es que la genialidad no  radicaba como les suele suceder a los genios en  aferrarse  a un objeto  y no soltarlo más sino todo lo contrario. Su impronta era pulular con intensidad, hoy acá y mañana allá con el mismo ahínco.
(A pesar de las pruebas sobradas de que ejercitar un arte es poco negocio, insisto y sigo contando)
El momento bisagra fue cuando tuve que ver Boca Vélez en una Esso en la  que ponían el aire acondicionado a quince grados bajo cero; no hay nadie que pueda resistir noventa minutos  a esa temperatura, menos cuando la empleada de la caja a pesar de que ya la conocés y en el día  interactuaste varias veces insiste en empezar todo diálogo con “Bienvenido a la Esso, señor” ( zezeando cada vez que dice “Esso”)
 Este año volví a ver  la Copa Libertadores y hay partidazos, por ejemplo la vuelta de  Lanús Vasco fue impresionante. Los equipos brasileños siguen siendo protagonistas pero hay cosas que cambiaron.
 Por ejemplo, Brasil siempre se caracterizó por sacar marcadores de punta y cantantes mujeres.
Bueno, parece que la fábrica de los número 3 con proyección se vino a menos desde que gobierna el PT, ejemplo elocuente es el partido del otro día Vélez Santos en el que tuvo que  entrar un lateral de 37 años  en el segundo tiempo  para desequilibrar el partido.
En lo que respecta a las cantantes, siguen siendo los  primeros exportadores del mundo, lejos.
Ahora me hicieron escuchar a María Gadú, una pibita con pinta de torta que hizo el tema perfecto a los 25 años,  la verdad que el tema de la edad no es algo que me inquiete de manera exagerada pero tampoco se me escapa.
 Dice “imagine um barco de papel”  en el tema que la hizo famosa “Shimbalaie”  y es perfecta. Después hay otro video dando vueltas en youtube en el que está ella llorando en el escenario mientras escucha a Caetano haciendo un  tema de ella. Perfecta y sensible.
A los pocos días de empezar a esucharla, un amigo me sale con que cuando vivió en España era muy bueno trabajando en el Auto Mac, pero que allá se llama Mac Auto lo que es muy distinto. La conversación  cambia de frente y se centra en que la Mostaneza fracasó porque le agarró la crisis del 2001, que si no hubiera sido un éxito. Aparte la publicidad hacía hincapié en el ama de casa y eso le restó. Ahora que lo escribo pienso que tampoco  el nombre ayudó demasiado.
A contrario sensu de lo que pensé creer,  todos se la bancan bastante con el arte de cambiar de tema. Ma qué Martinez Estrada.
Sin embargo, me  parece que no estaría mal como nombre para un programa de radio. De una vez por semana.

  

1 comentario:

Empresas Argentina dijo...

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