martes, 15 de diciembre de 2015

Tratamiento







No te hartás
de ser tan linda
cuando salís a fumar
y a mirar tu celular
mientras, de a sorbitos, bajás una coca light.

Los cadetes del microcentro
pierden el tiempo
cuando te piropean.
Si supieran que sólo necesitás
una dosis verbal de fé.

Cuando no trabajás te gusta
ir al gym, andar en bici
nada demasiado estrambótico.
“Me gusta que hayas usado la palabra estrambótico” dije
antes de que me claves esos ojos que te dejaron pasar no se cómo por la triple frontera.

Metiste media sonrisa y volviste al teléfono.
Me molestó que tal vez  estuvieras chateando con el pasado
pero qué clase de tipo soy que ya está celoso antes de conocerte.
Aparte los teléfonos están llenos de fantasmas
eso es inevitable.

Al otro día, exprimo naranjas transgénicas y salgo a la calle.
Tomo el subte
voy leyendo un diario gratis
nervioso porque llego tarde.
La relación de dependencia es dañina.

Es una de esas mañanas en las que sólo puedo escuchar música con auriculares
pero suena el interno: “esto tenía que estar listo para ayer”.

Llega la hora del almuerzo
todos miserables con sus bolsitas de comida del chino por peso.
Te tapa un camión de caudales pero se que estás atrás
fumando, con tu Coca, mandando mensajes
esperando que hoy te invite a tomar algo.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Gingseng





Tipeo con la izquierda
la mano derecha sostiene
un pedazo de milanesa
que está nerviosa.
Cómo extraño el kilo para frizar
que pedía en el negocio que cerró
después de aquella fiebre larga.
Voy a tener que preguntarle
a las viejas del barrio
dónde
comprar milanesas
porque me gusta escribir mientras las como. 

También me gusta caminar por Melián,
comprar una Vitamin Wáter
en la estación de servicio, al lado del puente.
Ir de a sorbitos bajo los árboles
con aroma a ginseng.
Sacarle fotos al gato de Superí
alimentado por un seguridad privada.
A la vuelta, pasar por Tea Conection
para ver qué están tomando las parejitas. 

Me puse una regla:
no mirar el celular hasta después del desayuno.
Vi que en la pared del cuarto
hay una grieta,
la examiné con ojos de detective
hasta romper la regla para mandarle un audio a Melón
contándole del descubrimiento.

Me siento viejo desde que los sábados
me llega La Nación.
Pero disfruto desplegándolo sobre la mesa
como hacía mi abuelo
“ lo compro
y lo leo enterito, me dura toda la semana”
decía con algo parecido al orgullo.
Cuando bato el café
lamento no haber comprado la cafetera usada que me ofrecieron.
Melón responde el audio
pidiendo que escriba sobre la grieta
y me manda un abrazo, putazo.

Me consuelo pensando
que la literatura hay que hacerla
en la vida cotidiana
como dicen los taoístas:
ser mañanas de sábado que leen el diario,
citar a Abelardo Castillo
en alguna reunión del sindicato,
escribir un comunicado
que emocione a los afiliados.

Me encuentro con Diega para ir a la cancha.
En realidad, vamos a charlar
porque cortó con su chica y justo
está con antiobióticos.
¡Qué mala leche! No puede tomar alcohol:
cuando uno corta hay que escabiar.
La cancha es un espá para el corazón roto.

Hay un barra que está muy afónico
y en musculosa
con esta lluvia de julio
se va a enfermar,
se va a perder
el próximo partido.
Tenemos arquero nuevo:
 “jugó una Libertadores para Nacional de Montevideo”, dice un viejo
y justo nos regalan un penal.
El barra afónico nos putea
porque interpreta
que no estamos alentando.

Como viene de errar, el diez patea
fuerte y al medio.
Uno a cero.
Promediando el segundo tiempo nos empatan de pelota parada
bajamos a ver los últimos diez
pegados al alambrado.
Desde la horizontalidad, el partido no se entiende
pero se ve lo fuerte que se dan.
Pelotazo y foul: eso es la B Metropolitana.
Empatados, el frío amaina por Juan B Justo.
Una señora y su perro nos preguntan cómo salió el partido.
Se encienden las primeras luces,
mi novia no responde los mensajes y
la mirada de Diega parece una especie de hambre,

Compramos un kilo de tira
y unos chorizos
bombón
para  escaparle a  la melancolía
de la tarde
noche.




miércoles, 22 de julio de 2015

Retreta del Desierto




I.
“Radio noticias del plata, siempre primero y mejor” era  la banda de sonido de la casa de los abuelos.  A cada hora, la radio gris llena de migas nos recordaba que estaba encendida a través de ese ruidoso separador de AM que se esparcía por la pequeña cocina integrada al living y se mezclaba, según el momento, con el chasquido de las milanesas fritándose al comando de abuela,  con los ronquidos de abuelo que se quedaba dormido leyendo La Nación (yo lo compro el sábado y lo leo enterito, me dura toda la semana, decía con algo que se parecía a  orgullo) o con mi aburrimiento corporal, mistura de los 35 grados del verano sumados a la tortilla de papas que había sido ofrecida de segundo plato (y que un nieto no puede rechazar)
Abuelo, como buen radical, murió pidiendo más inversión en el presupuesto educativo de la Provincia. En Vicente López votaba siempre al japonés García, intendente de reelecciones indefinidas que lo invitaba una vez por año a un asado monumental en el club de jubilados. Práctica peronista para un radical histórico, de los primeros en esquiar sobre el escuálido hielo del radicalismo k. Ahora parece que Scioli lo quiere resucitar para competirle a Jorge Macri. Abuelo fumaría un le mans suave corto en la vereda, con la mirada hundida un poco en el barro de los campos de su Córdoba natal y otro, en la desierta calle de Florida que había elegido para su vida de casado. En un día de agite, a lo sumo saludaría al vigilante y al armenio que tenía un local en Avenida Cabildo. Stolbizer para presidenta, García para intendente, qué difícil explicarle cómo hacer ese corte de boleta.
II.
Quince años después, el separador del noticiero de  Radio del Plata es “siempre antes”.  Informar mejor ya no importa. Llegar primero tampoco, ahora la jugada es de anticipación. La noticia se fábrica antes del hecho (“siempre antes”), la verdad se construye independientemente de si los acontecimientos suceden o no. No hay tiempo ni lugar para la fé de erratas, disparamos tuits (un puñado son bellos), la información va en espiral como la parte baja del demonio de Tasmania cuando acelera y los teléfonos celulares al palo generan un ruido blanco implacable, hay que estar muy fino para salir airoso.
Lyotard, que por la manera de anticipar podría haber jugado de stopper, en la “condición posmoderna” de fines de los años setenta hablaba de la imposibilidad de poner freno al flujo informativo. Un ejemplo claro puede verse en que desde hace un par de meses, youtube incorporó que cuando termina un videíto, automáticamente opera un algoritmo que te manda a otro que es pariente. Lo curioso es que no pasara antes: habrá habido un grupo de castores que desviaron el cauce del río lo que pudieron. Quiénes hayan sido, finalmente tuvieron que  aflojar la muñeca en una pulseada que siempre estuvo perdida. Lyotard.
III.
Viajamos a Río Negro para las elecciones a gobernador. Los diarios de tirada nacional dicen que Pichetto, para ganar, tiene que conseguir el voto peronista. Pero cuesta encontrarlo mientras recorremos el Alto Valle, en una provincia donde el radicalismo subsiste y tiene rasgos curiosamente peronistas.
Entramos a la unidad de básica de un pueblo recostado sobre la ruta nacional 22, un grupo de militantes nos esperan,  están todos con campera y las manos en los bolsillos, circula un mate con mucho azúcar. El objetivo es dar una capacitación para los  fiscales de mesa, tenemos que ser claros porque el domingo el asunto se define voto a voto contra el gobernador actual, el  que fuera vice del difunto gringo Soria y ahora tiene una chequera generosa  que reparte petropesos a un ritmo que  da calambre.
La de Soria, es una historia conocida en Buenos Aires: recién electo como gobernador, pasó la calurosa noche de año nuevo junto a su  familia en la chacra  que tenían en General Roca.  No faltaba mucho para que amaneciera, cuando decidió meterse un rato en la pileta. Su esposa se quedó en la cocina, juntó los platos y empezó a lavarlos a pesar de que al otro día venía la empleada. Un rato después, tomó un revólver calibre 38 marca “Smith & Wesson” y le disparó a su marido en la cara,  la bala entró por el pómulo izquierdo y se alojó en el cerebro.
IV.
Voy en micro desde Río Negro a  Nequén  capital para tomarme el avión de regreso. Pienso que hace mil años un compañero me dijo  que dedicarse a la política es destinar todo el tiempo que pasarías  en tu casa deprimido  a estar con  gente.
Sabés lo que significa “cuando el fuego crezca quiero estar ahí” me preguntó otro compañero en una fiesta de la época del regreso de la política como herramienta de transformación mientras estallaba “Yo Canibal” de Los Redondos.
En el asiento de al lado, un padre lleva a su hijito alzado, se va quedando dormido hasta que se le cierran los ojos y la cabeza que le quedó colgando se le apoya contra el vidrio.  La imagen me corre como un anestésico y recién me despierto en el  límite provincial. Hay que bajarse y cruzar caminando un puente porque hay  piquete de productores agropecuarios. Esa misma tarde van a levantarlo  para que lo facture el gobernador reelecto.
El gobierno nacional echó leña al fuego de un conflicto provincial en la semana previa a las elecciones en ese distrito. Qué cruel es la política, si te tienen que sacrificar, por más bien que hayas hecho las cosas, lo van a hacer. El cuchillo es muy filoso.