miércoles, 25 de julio de 2018

La Bijouterie de Sub-Zero






No quiero envejecer dentro de sweaters color
beige.
No quiero que mi fuente de vitamina sea
la luz de tubo blanca.
No quiero volver en subte con un compañero de oficina
que usa camisa Legacy
y no para de hablar de centros de mesa.
No quiero decir “nosotros” cuando hablo
de la empresa por la que estoy viajando en subte  
a la hora pico
con el mierdero de la chomba Legacy,
de la camisa Legacy, perdón.


¿Y si las mejores vacaciones de nuestras vidas ya pasaron?
Yo no quería leer el libro.
Vos decías que me iba a inspirar,
pero yo no quería empezarlo
por miedo a que no me hiciera efecto
¿y entonces qué?

Ese verano descubrimos que
no se pueden hacer cuadros sinópticos
con las vidas de las personas.
Que un escritor agoniza
cuando se comentan sus textos
en un taller literario.
Que muere en el mismo acto en que
una musicoterapeuta describe
su obra como
el reflejo de una pulsión erótica
onanista.


¿Qué es un drama?
Hay drama cuando está en riesgo
algo del orden
de lo sagrado.
Ponele: ni vos ni a mí nos gustaría,
en principio,
que nos mataran este enero.


¿Y si se cortó la cadena de frío?
¿Qué es la cadena de frío?


Un misterio cuántico,
son eslabones de hielo,
son los jugadores más pechos de la B Metro
tomados de la mano haciendo una
ron
dita,
es la bijouterie que se pone Sub - Zero
cuando tiene que ir a una tertulia.


A esta altura
ya te distingo
a Tristan Tzara
de Tristán Suárez.
Hay cosas que no quiero,
de nuevo
no me engañan:
aunque las presentaciones cambien
las personas siguen siendo las mismas.

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